Letizia Frente al Espejo, Premio a La Mejor Fotografía


Es la hora del almuerzo. Los miembros del COI esperan a ser recibidos por sus majestades los Reyes Don Juan Carlos y Doña Sofía y por los Príncipes de Asturias en los salones del Palacio Real. En el trasiego, mientras se desplazan de un punto a otro de uno de los salones, la princesa Letizia se mira, durante unos escasos segundos, en uno de esos espejos que han visto pasar a reyes y embajadores de todo el mundo en diversas ocasiones. Tras ella se reflejan los fotógrafos, ávidos por conseguir una imagen óptima del encuentro.

Una cámara, entre las decenas de ellas que pueblan el salón, capta este simple gesto y acaba llevando la instantánea hasta la portada de la revista Hola. La publicación titula la fotografía: “El espontáneo y femenino gesto de Doña Letizia”. Pero como una imagen vale más que mil palabras, la mirada directa, la sonrisa de la princesa y la premura de la reina, dicen más que cualquier titular.

El autor de esta instantánea fue el fotógrafo Carlos Álvarez, que supo entender la importancia de un segundo en un mundo tan denostado como es el periodístico. La imagen no sólo le valió una portada de la revista. Según ha podido saber Vanitatis, ahora también le ha hecho merecedor de un galardón. Él es el ganador del premio Foto Nikon 2010 en la categoría Gente y Sociedad, un certamen para profesionales que lleva ya tres años de andadura.

La convocatoria cuenta con tres categorías: Naturaleza, Deportes y Gente y Sociedad. En esta última Álvarez se ha hecho con el reconocimiento a la mejor instantánea y con 6.000 euros, cuantía que se otorga a cada uno de los ganadores en los distintos apartados. Esta foto se impuso a otras 24 que llegaron a ser finalistas.

Estas 25 instantáneas, junto a otras 50 provenientes de las seleccionadas de las otras dos categorías, formarán parte de un libro del que se imprimirán 40.000 ejemplares. En él quedará para los restos retratado ese segundo, aquel en que la princesa mostró sin querer su lado más coqueto creyéndose a solas con el espejo de Palacio.


Fuente: vanitatis.com