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Dormir Poco Engorda



Aunque te pueda parecer extraño, así es. No son pocos los estudios que constatan que una persona que duerme poco, puede ganar peso. Con la ayuda de la experta en el tema Marta Garaulet Aza, profesora de Fisiología de la Universidad de Murcia y miembro de la SEEN (Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición) vamos a intentar explicarte los motivos. No te pierdas sus respuestas.

Según diferentes estudios, la falta de sueño está vinculada al aumento de peso, ¿es eso cierto?
Efectivamente, en contra de lo que se podría pensar, dormir poco engorda. En un estudio realizado en una muestra de 1.500 pacientes de los Centros de Nutrición Garaulet, hemos observado que aquellos pacientes que duermen menos de 7 horas diarias presentan un mayor grado de obesidad. Estos resultados, recientemente publicados en la revista científica “Journal of American Dietetic Asociation”, muestran además que aquellos pacientes que presentan alteraciones en un gen reloj llamado “Period”, presentan más obesidad, comen más entre horas, pican más alimentos basura, y abandonan antes el tratamiento de pérdida de peso. Este gen reloj “Period” es de particular importancia, ya que modula los horarios de sueño y los cambios de humor estacionales. Cuando falla se asocia con falta de sueño, depresión, trastornos de comportamiento alimentario, etc.

Además, nuestros trabajos realizados junto al equipo de nutrigenética que dirige el profesor Ordovás en Boston, Massachussets, muestran que el tipo de persona vespertina, que suele acostarse tarde y levantarse también tarde es más proclive a presentar un tipo de obesidad visceral o abdominal de mayor riesgo cardiovascular; mientras que la persona matutina, aquella que se despierta antes por la mañana y se va a la cama pronto, suele presentar un peso adecuado.

¿Y en los niños?La relación entre “dormir poco” y obesidad es todavía más patente en niños y adolescentes. "Actualmente estamos estudiando a una población de adolescentes europeos de distintos países, incluido España, (estudio HELENA) en los que de nuevo aparece que los niños que duermen menos de 8 horas diarias presentan un mayor grado de sobrepeso. Estos adolescentes que duermen poco, suelen además comer más pizzas, hamburguesas, etc. y ver más la televisión, factores que unidos pueden dar lugar a obesidad", apunta.
Convendría, entonces, profundizar en los motivos, ¿cuáles son? ¿Por qué se produce esta relación?
Hoy en día sabemos que la falta de sueño puede afectar al balance energético y, como resultado, influir en la ganancia de peso. Este hecho sucede mediante tres mecanismos diferentes: en primer lugar, dormir poco aumenta el apetito, ya que dormir pocas horas produce importantes cambios en ciertos péptidos implicados en el control de la ingesta. Concretamente estos cambios se producen en la leptina, que es una hormona que “quita el hambre”, cuando dormimos poco secretamos menos leptina, Además, aumenta la producción de ghrelina que hace la acción contraria, estimula el apetito.

Por otro lado, dormir poco hace que se tenga más tiempo para comer por la noche. Y cuando no nos podemos dormir tendemos a comer alimentos dulces para conciliar el sueño. Si esta situación se produce repetidamente se llama “síndrome del comedor nocturno”, que se asocia con obesidad.
Por último, la falta de sueño da lugar a una disminución del gasto energético. Cuando dormimos mal, al día siguiente nos sentimos cansados y tendemos a movernos menos, estamos deseando coger el sofá para descansar.

En conclusión, ¿podríamos afirmar que la falta de sueño ‘engorda’? Sí podemos afirmar que la falta de sueño engorda. Cada día son más interesantes los estudios de cronobiología y obesidad. Estamos en un momento en el que se conoce que toda nuestra fisiología, nuestras hormonas, nuestros comportamiento, etc. tienen ritmos circadianos, es decir varían a lo largo del día. Cuando estos ritmos se alteran se producen enfermedades, entre ellas la obesidad.

Las horas de sueño junto a las horas de la comida, están resultando ser esenciales en el peso corporal. En España solemos ir a dormir tarde, y además, la industrialización está abriendo paso a un gran número de empresas que tienen actividad durante las 24 horas del día. Esto hace que cada vez sea mayor el número de individuos que de manera rutinaria presenta trabajos nocturnos o por turnos. De hecho más del 20% de la población del mundo desarrollado se encuentra en estas condiciones. Estudios epidemiológicos recientes muestran que estos trabajadores nocturnos o con turnos rotatorios presentan mayor grado de obesidad, triglicéridos en sangre, bajos valores de HDL, obesidad abdominal, diabetes y riesgo cardiovascular. Además, numerosos trabajos científicos asocian la reducción del número de horas de sueño con la obesidad.
Por otro lado, de cara al verano, ya a la vuelta de la esquina, ¿cuáles son sus consejos para intentar perder esos kilos de más que nos sobran?

La Dieta Mediterránea hipocalórica está demostrando ser eficaz en la pérdida de peso, además de disminuir el riesgo de enfermedades cardiovasculares. No lo dudes, si quieres adelgazar de forma equilibrada, no te fíes de las dietas que te quitan el pan, ni tampoco de las que te recomiendan eliminar legumbres, arroz, etc. Por supuesto, desconfía de todos estos “test” que hay en el mercado de "intolerancia a alimentos". La obesidad no es consecuencia de una alergia, ni de una intolerancia a alimentos, sino de un exceso de ingesta en relación al gasto, y aplica la lógica de tu abuela: la Dieta Mediterránea es una excelente alternativa.
Para ello, varios consejos prácticos:

-Organiza tu casa con una buena lista de la compra, y comienza a cuidarte, hasta quitarte esos kilos de más. Recuerda que en España de media se engordan 3 kilos en vacaciones de verano. Si ahora no te los quitas, ¡estamos perdidos!
-Planifica: Tres días legumbres como plato principal, y único, con ensalada de acompañamiento, 1 día pasta otro arroz y dos carne o pescado. Ese debe ser tu reparto semanal de las comidas de mediodía.
-No dejes de tomar mucha verdura, al menos tres platos diarios, y dos o tres frutas, bebe agua, y cena con lógica: una crema de verduras, alguna ensalada con arroz y jamón, o algún huevo o tortilla que son muy socorridos.
Fuente: hola.com

Embarazadas, Que Se Preguntan Con Mas Frecuencia?

Aunque las madres de hoy suelen ser mucho más informadas que las de generaciones anteriores, siempre surgen dudas respecto de aspectos asociados al embarazo. Con el objetivo de saber cuáles eran las más frecuentes, el doctor Alfredo Germain, gineco-obstetra de la Unidad de Medicina Materno-Fetal de Clínica Las Condes cuenta que en este centro se llevó a cabo una encuesta consecutiva a pacientes durante cuatro meses, para sondear las inquietudes que más se repiten. Los resultados -y sus respectivas respuestas- a continuación:

1. ¿Cuánto debo aumentar mi alimentación en este periodo? ¿Hay que comer por dos?

Si bien es cierto que el embarazo supone un mayor gasto calórico, éste es más bien moderado, sobre todo en los primeros meses. “En el primer trimestre, por ejemplo, los requerimientos aumentan a 100 calorías por día, equivalente a una manzana o a un yogurt, lo cual por supuesto dista mucho de comer por dos”, precisa este especialista.

En el segundo trimestre, en tanto, la ingesta aumenta entre 200 y 300 calorías extra al día, y en el tercero, entre 300 y 500, siempre y cuando la mujer haya comenzado su embarazo con peso normal. “Lo más importante es la composición de la dieta; mantener el aporte de proteínas (15 grs.), reducir las grasas, a excepción de los ácidos grasos poli-insaturados, en particular el Omega 3, que tiene un rol importante en el desarrollo neurológico de los niños”, indica.

Si la futura madre sigue una dieta completa y balanceada (que contenga acido fólico, hierro, zinc y calcio, entre otros) no debiera necesitar suplementación, excepto el Omega3, porque la ingesta requerida (equivalente a unas tres porciones de pescado a la semana) es bastante mayor a la de nuestra dieta habitual.

2. ¿Son seguros los productos light o diet?

Si entendemos estos conceptos como ‘aquellos alimentos bajos en hidratos de carbono, en particular en azúcares refinados’, podemos encontrar una gran variedad de edulcorantes con reducido aporte calórico. “La evidencia médica sugiere que es preferible consumir aquellos más nuevos, que no atraviesan la placenta y son activamente metabolizados, como la Sucralosa o la Stevia. Esta última, además, tiene la particularidad de que resiste el calor, por lo que puede utilizarse en cocina y repostería”, explica el doctor Germain.

Hay algunos estudios que sugieren que aquellas embarazadas que consumen más de cuatro porciones de productos diet al día tienen un riesgo moderadamente mayor de presentar parto prematuro, en comparación con aquellas que consumieron sólo una porción por día. Teniendo en cuenta esto, el doctor Germain sostiene que “probablemente, una ingesta moderada es segura en el embarazo”.

3. ¿Puedo continuar en el gimnasio?

“Hay tantas prácticas distintas que es difícil dar una respuesta única. Sin embargo, la evidencia señala que menos de 60 minutos al día, varias veces a la semana, es saludable. Debe ser un ejercicio de bajo impacto y sin contacto. El yoga, el Pilates, los ejercicios en el agua y las caminatas son ideales. ). Y lo más importante, nunca terminar extenuada”, precisa.

Siempre es necesario consultarlo con el especialista, ya que en ciertas situaciones y condiciones de salud, la práctica de deportes está contraindicada, entre ellas; contracciones uterinas, enfermedades cardiacas significativas y placenta previa.

4. Tengo más de 35 años, ¿Será riesgoso embarazarme?

“Es una realidad que los especialistas confrontamos todos los días, porque una de cada tres mujeres tiene su parto después de esa edad”, señala este gineco-obstetra. El profesional agrega que, según encuestas nacionales, hay conciencia generalizada de que, efectivamente, embarazarse más tarde (en especial a partir de los 37 o 40) es una situación de preocupación, especialmente cuando va asociada a otros factores de riesgo como obesidad, enfermedad cardiovascular, síndrome metabólico.

5. ¿Puedo tinturarme el cabello?

Hoy los tratamiento son versátiles y algunos de ellos poseen productos potencialmente tóxicos como amoniaco y nitrosaminas. Sin embargo, los estudios recientes no han evidenciado mayor riesgo de tumores cerebrales en hijos de trabajadoras de salones de belleza o en pacientes embarazadas que se hayan aplicado tintura. Por eso desde hace 10 años, la recomendación es usarlo con moderación y evitar la decoloración masiva (completa) que requiera cambio de color de más de dos tonos respecto del original.

6. ¿Puedo viajar en avión?

Las contraindicaciones son relativas y dependen en gran medida del lugar de destino. En general, se recomienda evitar alturas superiores a los 3 mil metros, las áreas de infecciones endémicas y epidémicas o con amenazas sanitarias. “Si no es un lugar muy conocido, se puede visitar el sitio web del Instituto de Enfermedades Infecciosas de Atlanta, Estados Unidos, ingresar el nombre del destino y allí aparecen sus vulnerabilidades, en especial sobre los mosquitos que transmiten la malaria, infección que provoca abortos hasta en un 50% de los embarazos, durante el primer trimestre. También es recomendable verificar la cobertura de salud, chequear la disponibilidad de lugares de atención médica, viajar acompañada y tener un certificado médico de autorización.

Los viajes dentro del país se recomiendan hasta las 36 semanas y si son internacionales, hasta las 32.

7. ¿Se puede prevenir la depresión posparto?

Los estudios demuestran que éste es un problema real en medicina contemporánea, con una frecuencia del 12 al 13%. Hay diferentes tratamientos, pero el de mayor eficiencia es el sicológico, siendo capaz de disminuir en un 40% el riesgo de presentar este problema. Algunos medicamentos también pueden ser útiles, en especial aquellos denominados ‘inhibidores selectivos de recaptación de serotonina. “Hace pocos años se dio luz verde a su empleo en el embarazo, y los primeros datos indican que la sertralina es capaz de reducir en forma importante la frecuencia de esta complicación”.

8. Actividad sexual en el embarazo.

El 60% de las mujeres reduce su deseo sexual en este periodo, razón por la cual no consultan por este tema, a diferencia de los hombres que sí lo hacen.

“La mitad de las mujeres entrevistadas piensan que pueden provocar daño en el embarazo, como rotura prematura de membranas, metrorragia o parto prematuro. Sin embargo, la evidencia es categórica; no hay asociación en personas sin factores de riesgo (placenta previa, acortamiento cervical o amenaza de parto prematuro)”, aclara este doctor.

9. ¿Sirven los masajes de drenaje linfáticos?

Los estudios demuestran que los masajes en general mejoran la respuesta al dolor y producen relajo, por lo tanto ése podría ser su mayor beneficio en la embarazada.

10. ¿Se puede evitar el síndrome de Down?

Es una respuesta compleja. Se sabe que la probabilidad de tener un hijo con este síndrome aumenta con la edad, aunque en los últimos años se ha visto que hay matrimonios jóvenes que también tienen hijos con esta condición. Hay estudios que muestran que la deficiencia de ácido fólico podría estar relacionada con mayor riesgo de hijos con síndrome de Down, sin embargo, no hay una evidencia definitiva. “Lo más probables es que esta alteración sea provocada, no sólo por una condición de salud, sino que son muchos los factores que intervienen. Pero en un futuro cercano, podríamos pensar en la suplementación de ácido fólico en altas dosis a aquellas personas que tienen cinco o más factores de riesgo asociados al síndrome de Down”, concluye este especialista.


Fuente: solomujer.cl

Consejos Para Madres Primerizas

Las mamás primerizas suelen presentar una ligera ansiedad ante la llegada del nuevo bebé


Tras nueve largos meses de dulce espera llega, por fin, el momento más deseado por los recién estrenados papás: la primera semana en casa de un bebé recién nacido es una experiencia inolvidable, llena de vivencias y emociones que pocas veces se repetirán en la vida y que, muchas veces, y especialmente entre los padres y madres primerizos, pueden ensombrecerse con algún que otro sobresalto o episodio de ansiedad, propios casi siempre de la inexperiencia.

Para evitar en lo máximo de lo posible este estado de preocupación que caracteriza los primeros días en casa, y hasta que nos habituemos a los ritmos del pequeño y aprendamos a interpretar sus llantos (casi siempre relacionados con la sensación de hambre o la incomodidad de la postura o el pañal), es muy importante tener siempre cerca el teléfono del pediatra, para que nos resuelva cualquier duda que nos pueda surgir sobre la marcha.

  • Una preocupación muy común es, por ejemplo, el hecho de que los recién nacidos pierdan peso durante los primeros cuatro días en casa, casi siempre debido a una pérdida de líquidos 'extra' que se lleva a cabo una vez superado el parto: antes de encender la señal de alarma, espera a hacer un segundo pesaje de control pasados los 7 o 10 primeros días, para comprobar si se está alimentando correctamente. Contacta con el pediatra si... una vez recuperado el peso perdido, tu bebé no aumenta una media de entre 200 y 300 gramos por semana.
  • El cuidado del ombligo, y la cura del cordón son otra de las grandes preocupaciones de las nuevas mamás: cada vez que le cambies el pañal, es necesario llevar a cabo una pequeña limpieza en la zona, empleando una gasa esterilizada humedecida en alcohol. Procura mantener siempre seco el ombliguito, y dobla el pañal hacia abajo para que no roce y produzca irritaciones o molestias al bebé. Contacta con el pediatra si... pasados diez días, el cordón aun no se ha desprendido, o si aprecias que la zona cambia de color, huele o supura.
  • Durante los primeros días, las deposiciones de los bebés suelen ser muy espesas y de un color muy oscuro o negro: esto se debe al meconio, una sustancia que se acumula en el intestino mientras el recién nacido estaba aun dentro del útero, y que va desapareciendo poco a poco a medida que reciba la leche materna o de fórmula. Contacta con el pediatra si... el bebé no presenta deposiciones o vomita a menudo.
  • A la hora de poner a tu bebé a dormir, asegúrate de hacerlo siempre boca arriba o de lado, a fin de evitar el síndrome de muerte súbita. En esta etapa, la cabeza de los bebés es aún muy blandita, y puede tender a achatarse o a presentar una cierta asimetría si reposa siempre en la misma postura. Aprovecha las tomas para ir cambiándole de posición, alternando entre el lado izquierdo y derecho, y boca arriba. Contacta con el pediatra si... mientras está dormido, las pausas en la respiración o apneas son más largas de lo normal, o si su piel se torna un poco azulada.
Fuente: hola.com